DÍA 2
15 de Julio 2007
Comenzamos el día después del
desayuno de rigor acudiendo a la estación de tren de Viena para poder dejar
nuestras maletas en consigna y así permitirnos visitar algo más de la ciudad
antes de irnos.
Vamos primero al Palacio
Belvedere, conjunto de tres edificios, dos de ellos museos y el tercero hotel,
el más antiguo de 1723 y estilo barroco para sobre todo verlo desde la
distancia junto con los jardines que lo rodean, porque no teníamos tiempo de
entrar (una lástima porque en este museo se encuentra el famoso cuadro de “El
beso” de Klimt).
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Palacio Belvedere, Viena |
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Palacio Belvedere, Viena |
Continuamos hacia el Prater, gran
parque público más conocido por el parque de atracciones que se encuentra en una
esquina. En él se encuentra su famosa noria, una de las primeras construidas,
ésta data de 1897. No nos subimos, la verdad es que nos pareció un poco caro,
pero disfrutamos del paseo entre las atracciones.
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Prater, Viena |
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Prater, Viena |
Desde allí visitamos la Iglesia
de San Carlos Borromeo, de estilo barroco y terminada en 1737 porque ahí
podíamos coger de nuevo el metro para dirigirnos al Palacio de Schönbrunn.
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Iglesia San Carlos Borromeo, Viena |
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Entrada a metro en Iglesia San Carlos Borromeo, Viena |
También conocido como el
Versalles vienés, fue construido en distintas épocas, la parte más antigua es
de 1701 y luego se realizaron varias ampliaciones. Paseamos por sus jardines y
aprovechamos para comernos unos bocadillos sentados en un banco con unas vistas
estupendas.
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Palacio Schönbrunn, Viena |
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Palacio Schönbrunn, Viena |
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Palacio Schönbrunn, Viena |
Regresamos en metro a la estación
de tren y después de recoger nuestras cosas nos subimos al tren del que
teníamos billetes para cambiar de país, a Hungría y particularmente a su
capital, BUDAPEST.
El trayecto dura menos de tres
horas y llegamos ya tarde a la ciudad, lo justo para ir al hotel reservado y
descansar.
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Estación de tren, Budapest |
Lo que suena tan sencillo se convirtió en una pesadilla. Resulta que
después de bajar del autobús del aeropuerto, comenzamos a caminar para arriba y
debajo de una calle larguísima (más de 40 manzanas con maletas) para que
finalmente nos dijeran en un establecimiento que ese no era el distrito. En
Budapest los nombres de las calles se repiten estando en diferentes distritos.
Al final, bajándonos en una de
las últimas estaciones de una línea de metro, en un barrio muy poco
recomendable de las afueras de la ciudad, llegamos al fin al hotel (menos mal que la parada de metro estaba justo al lado de la puerta del .
Compramos unos sándwiches y
agotados nos fuimos a la habitación a dormir.
Mapa de Ruta día 2
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