LOS VIAJES DE CAROL ... Y LEO: SICILIA 3

DÍA 3

30 de Enero 2015

Nos levantamos a las 8:00h (aunque yo llevaba ya un tiempo despierta) y tras ducharnos y recoger un poco todo bajamos a tomar el desayuno que teníamos incluido en la habitación (45€ los dos). Tenemos croissants uno relleno de ricota y otro de crema de pistacho (los habíamos elegido la noche anterior), pan, mantequilla y una variedad riquísima de mermeladas caseras. Todo muy bueno.

Bajamos las maletas al coche después de pagar la habitación y despedirnos para ir a visitar la ciudad. Caminamos por la calle principal, la Via Atenea, donde vemos diferentes iglesias, una escalera de artistas y el monasterio del Santo Spirito.

Agrigento

Regresamos sobre nuestros pasos y nos animamos a subir hasta la catedral. Es un montón de escaleras pero por fin, exhaustos, llegamos para ver que no se podía entrar en el templo por estar en obras, eso sí la foto entre los barrotes la hice aunque solo sea para dar constancia de haber llegado hasta allí (por cierto que en la escalinata había zapatillas pintadas de colores como una exposición).

Agrigento

Catedral, Agrigento

Bajamos hasta el coche tras hacer unas fotos desde el mirador hacia el Valle de los Templos a lo lejos y marcamos ruta hacia SELINUNTE.

Decir que el nombre no aparecía en el GPS pero pongo el pueblo de al lado, Marinella y luego en lugares de interés aparecieron las ruinas.

Agrigento

Recorremos los 95 kilómetros con momentos de lluvia y eso sí con nublado y mucho viento de continuo. Tenemos suerte y al llegar no llueve, así que nos animamos y tras pagar 6€ cada uno visitamos el Parco Archeologico de Selinunte.

Es una antigua ciudad griega que se divide en la actualidad en cuatro zonas: Los Templos Orientales, La Acrópolis, La Ciudad Antigua, y el santuario de Malophoros. Nosotros sólo visitamos los Templos Orientales, justo los que están más cercanos de la entrada, que se compone de los Templos G, E y F (se nominan con letras porque no está claro a qué divinidad pertenecían), de ellos el G es el mejor conservado. Sólo vemos esta parte porque aunque nos acercamos un poco hacia la Acrópolis, desistimos en ir caminando hasta allí ya que estaba muy lejos y andando era demasiado. A la entrada hay unos coches descubiertos para turistas, en mi opinión imprescindibles para recorrer todo el complejo, pero que en enero no estaban operativos (creo que los carteles indicaban que valía 3€ por persona).

Selinunte

Regresamos al coche y ponemos dirección a SEGESTA, a otros 90 kilómetros. A medida que nos acercábamos dudábamos de seguir o no porque comenzó a diluviar. Al final como para un poco nos arriesgamos, pagamos los 6€ cada uno de la entrada y comenzamos a subir hacia el templo.

Ya a mitad de la subida comienza de nuevo la lluvia acompañada de un viento increíble que hacía inservibles los paraguas que llevábamos y que además hacía que las gotas cortaran en la cara.

Al final llegamos. Se trata de un templo dórico, rodeado de columnas (con seis de ellas en el frente) e inacabado del s. V a.C. Es uno de los templos griegos mejor conservados y las vistas desde él hacia el valle son increíbles. Lo rodeamos y hacemos fotos corriendo para que la cámara no se mojara y regresamos corriendo al coche.

Segesta

También en Segesta hay un Teatro griego pero no vamos porque hay que pagar otra entrada y caminar 2 kilómetros sólo de ida, y la verdad el tiempo no acompañaba nada, era una locura, así que nos resguardamos en el coche y nos dirigimos a ERICE, pueblo a 15 kms de Trapani en lo alto de una montaña de 750m de altura.

Hacemos la subida con curvas de herradura encadenadas para ya darnos cuenta mientras subíamos que íbamos a estar rodeados de niebla. Aún así llegamos al pueblo y aunque lo intentamos, desistimos de visitarlo porque no se veía nada, estábamos en medio de una densa niebla. Nos da mucha rabia porque lo poco que veíamos nos daba la impresión de ser un pueblo precioso. Decidimos volver al coche (era inútil) e intentar la visita al día siguiente si el tiempo lo permitía.

Erice

Bajamos a TRAPANI directamente al Bed & Breakfast que teníamos reservado, I love Trapani (Via Carolina, 28, 91100 Trapani), y al llegar y dejar el coche justo enfrente y gratis, llamamos varias veces al timbre y no nos contesta nadie. Eran las 15:00h.

Pensamos en ir a comer algo y así hacer tiempo para que llegara alguien al B&B. Vamos todo recto caminando por la Via Garibaldi (la principal) para llegar a la catedral sin haber encontrado ningún sitio abierto, hacía un día horrible y estaba todo desierto.

Al final por perseverancia y ya al lado del paseo del mar, vemos una coucousería con comida para llevar ya preparada pero que también tenía dos mesitas adentro, Couscouseria by Bettina (Via Torrearsa 110, 91100 Trapani), así que no lo pensamos más y nos comemos unos ñoquis y couscous con verduras, todo con una botellita de vino blanco pequeña. Desde luego éramos los únicos que entramos en todo el rato y al pagar (15€ los dos), la señora nos dice que para el frío nos tomemos un chupito de algo parecido a pacharán casero que nos saca de una botella de agua de plástico.

Contentos y encantados con el sitio regresamos al B&B pero por el paseo viendo el mar que estaba bastante picado por el viento.

Trapani

De nuevo llamamos al timbre y nadie contestaba, pero se asomaron a la ventana y al momento bajaron (eran las 16:30h) una pareja de franceses que estaban alojados y que muy amablemente habían avisado a la dueña para que acudiera.

Unos 20 minutos después (por lo menos podíamos estar calientes dentro del coche) aparece una chica joven con el novio y con la que subimos los casi cuatro pisos de escaleras con las maletas (menos mal que eran pequeñas) para hacer el check-in, pagar la habitación (35€) y descansar más de 2 horas de un día complicado por el tiempo. Mientras descansábamos aprovechamos también para chequear lugares para comer en la ciudad y al final nos decantamos por una pizzería.

A las 20:00h salimos de la habitación y en una calle paralela a la principal encontramos sin problema la Pizzeria Calvino (Via Nunzio Nasi, 71, 91100 Trapani). Es un sitio muy normal, con vasos de plástico y manteles de papel, con las mesas dispuestas en distintas habitaciones, pero en donde comimos unas de las mejores pizzas que habíamos probado nunca.

Fueron dos pequeñas (que nos costó terminar porque de pequeñas tenían poco) y 2 botellas de cerveza italiana de 66 cl cada una. Total 25€, un regalo (por cierto se paga a la salida).