DÍA 6
20 Junio 2019
Nos despertamos a las 7:30h para
ir a desayunar al buffet a las 8 tras un sueño muy reparador, dormimos por fin
estupendamente.
Habíamos llegado a GEIRANGER y a
las 9:00h bajamos del crucero para empezar el día.
Damos una vuelta por las tiendas
de souvenirs para hacer tiempo porque a las 10:00h empezamos la excursión que
tenemos reservada con “Geiranger Fjordservice” por 495 coronas cada uno.
En un minibús comenzamos el
recorrido para admirar el precioso fiordo desde 3 puntos panorámicos
diferentes.
Primero subimos al Flydalsjuvet,
que es el más bajo en altitud pero que permite admirar muy bien el entrante de
agua y el pueblo de Geiranger. Habíamos tenido suerte y hacía un tiempo
perfecto sin nubes que nos taparan la vista.
Seguimos por un paisaje de
nieve y parando en un lago helado llamado Djupvasshytta y rodeado de nieve todavía a pesar de que ya
estábamos en junio.
Continuamos al mirador Skywalk en lo alto de la montaña Dalsnibba a 1500 metros de altitud con unas vistas increíbles.
Volvemos al minibús para regresar a Geiranger y dirigirnos hacia el otro lado
del fiordo para el último mirador desde una perspectiva diferente llamado Eagle
Road.
Tras 3 horas de excursión
volvemos al puerto y nosotros aún caminamos por el pueblo y subimos la
escalinata paralela a la cascada que lo divide para hacer unas fotos.
Regresamos al barco y subimos a
comer al buffet para luego quedarnos en la cubierta en unas tumbonas esperando
que salga del puerto y recorra el fiordo, el considerado más bonito del país.
Vemos las diferentes cascadas que
caen al fiordo desde los acantilados, incluidas las Siete hermanas o el Velo
de la novia y, con bastante frío bajamos a los camarotes a descansar un poco.
Habíamos salido de Geiranger a
las 15h y llegamos a HELLESYLT a las 16:30h. Sólo paraba en este pequeño pueblo
durante 1 hora para recoger a los pasajeros que habían contratado la excursión
de día entero desde un pueblo a otro, pero nosotros salimos un momento del
crucero para también hacer alguna foto de la cascada del pueblo.
Ya duchados vamos al restaurante
a cenar y luego al teatro para ver el espectáculo de la noche. Corría a cargo
de la maestra de ceremonias, una chilena llamada Carito Riquelme. La verdad es
que no nos gustó nada e incluso nos fuimos antes de que terminara porque era un
desastre de monólogo.
Estuvimos escuchando música en
directo en el casino y nos fuimos a la discoteca hasta las 1:30h que volvimos a
los camarotes a dormir, por cierto todavía con luz en el exterior mezcla de
atardecer y amanecer.
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