EGIPTO 6


DÍA 6

16 de Junio 2010


Día complicado, especialmente para Leo. Ya el día anterior al llegar al hotel empezó a encontrarse mal, con gastroenteritis toda la noche y fiebre. Aún así intentamos hacer la excursión programada por la ciudad de El Cairo.

Empezamos por la Ciudadela de Saladino donde Leo se quedó sentado en un rincón mientras el resto recorríamos el monumento y seguíamos las explicaciones del guía. Fue el refugio de todos los gobernantes desde Saladino en el s.XII hasta Mehmet Ali en el XIX. 


Ciudadela de Saladino, El Cairo
En el interior del complejo se encuentra la Mezquita de Alabastro o Mezquita de Muhammad Ali cubierta de este material tanto en el exterior como en el interior, con una gran cúpula central y dos minaretes. En su patio se encuentra el reloj que el rey Luis Felipe de Francia entregó a cambio del obelisco (perteneciente al templo de Luxor) situado en la Place de la Concorde de París, por cierto que dicen los cariotas que el reloj no funcionó nunca. También en la ciudadela se encuentra la Mezquita de al-Nasir y el Pozo de Yusuf.


Ciudadela de Saladino, El Cairo
Ciudadela de Saladino, El Cairo
Ciudadela de Saladino, El Cairo
Volvimos a subir al autobús que nos acercó hasta el Museo de El Cairo. 


Ciudadela de Saladino, El Cairo
Leo no se encontraba nada bien y prefirió quedarse fuera sentado en el césped, así que después de que me insistiera, pasé dentro con el resto del grupo. Dentro se pueden admirar muchísimas piezas antiguas y destaca especialmente la cámara donde está todo el tesoro que se encontró en la tumba de Tutankamon en el Valle de los Reyes. Impresionante el oro y los objetos, y eso que fue un faraón que sólo vivió hasta los 18 años y no fue especialmente importante, pero da una idea de los tesoros que podría hacer tenido un faraón tan importante como Ramses II.

La foto está obtenida de internet.



Aunque hay la opción pagando un extra de entrar en la cámara de las momias, yo prefiero salir fuera para ver cómo se encontraba Leo y no pude verlo peor. Estaba tumbado en el césped del jardín exterior, rodeado de gente, con fiebre alta y con un color pálido amarillento preocupante. Me quedé junto a él hasta que salió todo el grupo y aunque habíamos reservado la excursión para visitar el barrio copto, le pedimos al guía que nos avisara a un taxi para regresar al hotel. Se portó muy bien porque llamó él mismo por teléfono, le indicó la dirección del hotel y pagó el taxi allí mismo para que no tuviéramos problemas después para evitar el regateo y que nos timara.

El viaje hasta el hotel se hizo largo y peligroso, porque no hemos visto conducir peor en ninguna parte del mundo como en esa ciudad, pero al fin llegamos y directamente Leo fue a la cama después del baño.

Nos quedamos en la habitación el resto del día, yo salí un momento a recepción a pedir medicación antidiarreica y paracetamol para Leo y comprar un sándwich para cenar yo. Poco más aparte de cuidar de Leo que cada vez estaba peor con picos de fiebre alta e intentar descansar, además de ver el primer partido de España en el Mundial de fútbol de Sudáfrica contra Suiza que perdimos 1-0 (el único que perdimos por cierto).


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