DÍA 7
24 de Enero 2014
Nos levantamos con tranquilidad y
después de desayunar lo que teníamos todavía en el hotel y recoger todo,
salimos de Albi sobre las 11:00 de la mañana.
Ponemos rumbo a CORDES-SUR-CIEL,
un pequeño pueblo a 25 kilómetros de Albi. Nos acompaña la lluvia (que ya no
nos iba a abandonar en el resto del día), pero no nos impidió visitar el
pueblo. Dejamos el coche en uno de los aparcamientos abajo sin tener que pagar
porque era gratuito los meses de diciembre, enero y febrero (alguna ventaja
tenía que tener viajar en invierno). Con lo paraguas y las cámaras,
comenzamos la subida intensa que es obligada para la visita, hay también un
trenecito turístico pero no estaba operativo y aún así nosotros preferíamos
hacerlo caminando para ver más cosas.
El pueblo es precioso, medieval,
de calles adoquinadas, casas de piedras y tiendas ambientadas donde venden
artesanía y productos locales. Atravesamos varias de las puertas del pueblo
(tiene cuatro murallas) y llegamos al mirador y la plaza del mercado, donde hay
un pozo de 113 metros de profundidad y por el que, según la leyenda, tiraron a
tres inquisidores.
Cordes-Sur-Ciel |
Cordes-Sur-Ciel |
Cordes-Sur-Ciel |
Cordes-Sur-Ciel |
Cordes-Sur-Ciel |
Vimos la iglesia de Saint Michel
por fuera y llegamos a la calle principal donde está la oficina de turismo.
Pedimos un mapa de recuerdo y comenzamos la bajada por el lado contrario para
tener más vistas. Ya en el coche aprovechamos para hacer más fotos desde la
distancia y para ir a un supermercado y volver a comprar una botella de vino y
algo de picoteo (8€).
Cordes-Sur-Ciel |
Cordes-Sur-Ciel |
Ponemos rumbo a Gaillac, pero
finalmente decidimos ir directamente a TOULOUSE porque por supuesto seguía
lloviendo y además eran pasadas las 13:00. Aún así pasamos por Gaillac con el
coche y sus alrededores llenos de viñedos y llegamos a la ciudad de Toulouse
(la cuarta más poblada de Francia) a las 14:30h.
Encontramos el hotel sin
problemas, Hotel Kyriad Toulouse Centre (7 Boulevard de la gare, 31500
Toulouse, Francia) y hacemos el check-in dejando el coche en el parking del
hotel.
Sin descansar mucho decidimos
salir a visitar la ciudad pero no pudimos disfrutarla porque a la lluvia
intensa se la unía el viento que te obligaba a tener el paraguas en tensión, de
hecho un golpe de aire rompió parte del paraguas de Leo.
A pesar de todo vimos la catedral
de St Etienne, el Capitole (la plaza principal donde está el ayuntamiento) y
llegamos al río Garona que bajaba desbordado por las orillas, para ver el puente
viejo. Regresamos por el otro lado y vimos el convento Jacobino y decidimos
volver al hotel porque era muy complicado caminar en esas condiciones.
Toulouse |
Toulouse |
Toulouse |
Toulouse |
Esta vez sí, descansamos bastante
rato, hasta las 19:00h cuando pensamos volver a salir para cenar. Nos habíamos
planteado cenar en un restaurante que salía en la guía ya que era nuestra
última noche. Caminamos durante media hora (por supuesto con lluvia) para
llegar al sitio y vimos que abría a las 20:00h pero además el menú eran 25€
cada uno sin bebidas. No necesitamos pensar mucho para decidir buscar otra
alternativa, porque no queríamos gastar 60€ por una cena.
Hacemos el camina de vuelta hacia
el hotel mirando los sitios que encontrábamos, pero no nos gustaba ninguno y
además estaban todos vacíos. Intentamos entrar en un irlandés enfrente del
hotel (al otro lado del Canal du Midi) pero estaba abarrotado de gente viendo
el partido de semifinal del europeo de balonmano entre Francia y España (por
cierto que perdimos 30-27).
Un poco desesperados echamos un
vistazo a los restaurantes debajo del hotel y al final Leo propuso entrar en
una crêperie justo al lado, Crêperie Le Menhir (14 Rue du pont Guilhemery,
31000 Toulouse, Francia), que fue un gran acierto. Pedimos unos entrantes de
embutidos incluido paté y uno típico de Bretaña (estaba ambientado de esa
provincia francesa), dos crêpes rellenas buenísimas, todo regado con una
botella de vino de la zona y una crêpe de plátano y chocolate para compartir de
postre. Todo 44€ con una atención estupenda.
Contentos volvemos al hotel y
tras ver un poco la televisión (el “Me resbala” francés) y ver internet nos
acostamos a las 21:00h.
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