RIVIERA MAYA 7


DÍA 7

11 de Julio 2015

Nos despertamos temprano, a las 7:00h estábamos ya en marcha preparando la mochila porque tocaba irnos de fin de semana con el coche de alquiler. Llevábamos lo justo de neceser y ropa para tener suficiente con una mochila y la bolsa de las cámaras.

Desayunamos y nos vamos caminando a Playa del Carmen (25 minutos) porque allí teníamos reservado el coche de alquiler, en Budget. Llegamos a las 9:15h pero no salimos con el coche hasta casi una hora después porque el chico era nuevo y se estaba haciendo un lío tremendo (y eso que llevábamos impresa la reserva). Hasta que no llega otro no nos dan los papeles de forma correcta. Nos cuesta 1400 pesos los dos días con seguro a terceros incluido.

Nos entregan un Nissan March pequeñito y automático con bastantes golpes que revisamos a conciencia y el tanque de gasolina medio lleno (ya nos había pasado también con el coche de Cozumel que no los entregan con tanque lleno y así es fácil que ganen algo porque calcular exacta la gasolina al devolverlo es complicado). También decir que aunque habíamos reservado el coche con GPS, como no tienen en la oficina nos lo descuentan y a cambio nos dan el “GPS mexicano”, un mapita de Playa del Carmen y ya, diciéndonos que es muy fácil guiarse y que en la carretera está todo muy bien señalizado.
Tras todo este periplo nos ponemos en marcha en nuestro coche y tras tener que preguntar un par de veces, encontramos la autopista hacia Mérida (la capital de la Provincia de Yucatán y donde dormiríamos). La autopista hay que pagar en dos veces, la primera 219 pesos y la segunda 152 pesos (lo mismo nos pasaría en el camino de vuelta). Es cara pero se va muy tranquilo, con poco tráfico, dos carriles por sentido, sin atravesar pueblos y pudiendo ir a la velocidad máxima que por cierto en México es de 110 km/h.



Nuestra primera parada es IZAMAL, una ciudad que se encuentra ya a sólo 65 kilómetros de Mérida. Llamada también la “ciudad de las tres culturas” (por contar con herencia de época prehispánica, colonial y contemporánea), lo cierto es que es preciosa y bien merece una parada. Lo más llamativo es, cuando se llega al centro, que están todos los edificios pintados de amarillo ocre, lo que le otorga un encanto muy especial.

Dejamos el coche justo enfrente del monumento principal, el Convento franciscano de San Antonio de Padua del s. XVI. Es lo primero que visitamos, es gratuita la entrada y lo que más llama la atención es el atrio, que según los carteles es el segundo más grande del mundo después de la Plaza de San Pedro del Vaticano. Formado por 75 arcos y por supuesto pintado de amarillo es una antesala única a la iglesia propiamente dicha que es muy austera en comparación con el exterior.

Convento San Antonio de Padua, Izamal
Convento San Antonio de Padua, Izamal
Convento San Antonio de Padua, Izamal
Convento San Antonio de Padua, Izamal
Continuamos callejeando tras la visita un poco por el centro de la ciudad y sus plazas hasta llegar a una de las pirámides mayas, la de Kinich Kakmó, una de las más grandes de México. También es gratuita la entrada, y merece la pena también por las vistas hacia la ciudad porque se encuentra en lo alto hacia el norte.

Izamal
Zona arqueológica Kinich Kakmó, Izamal
Izamal
Izamal
Izamal
Ya tranquilos tras la visita regresamos al coche (por cierto el aparcamiento gratuito) y seguimos ruta hacia Mérida. Habíamos pensado antes de entrar en la ciudad continuar por la carretera hacia Progreso para llegar a la zona arqueológica de Dzibilchaltun que se encuentra a unos 20 kilómetros. Cuando llegamos eran las 15:30h y nos avisan antes de pagar el parking que el sitio cierra a las 16:00h y que no nos iba a dar tiempo. Algo desilusionados porque en todo sitios había leido que cerraba a las 17:00h y habíamos hecho el camino extra en balde, como no podemos hacer nada (al menos nos habían avisado antes de pagar) nos vamos a MÉRIDA.

No nos fe difícil encontrar el hotel que teníamos reservado porque estaba muy cerca de la catedral y, siguiendo las indicaciones de Mérida centro y el plano de la reserva de booking.com, llegamos son problema a pesar de que el tráfico y la cantidad de gente que había por las calles era tremendo.

El hotel se llamaba Hotel María del Carmen, es sencillo pero con parking gratuito y nos cuesta la noche (con impuestos locales incluidos) 32 €.



Dejamos las cosas en la habitación y decidimos bajar al restaurante del propio hotel a comer algo porque estábamos con lo del desayuno. Pedimos 2 hamburguesas y 2 cervezas y como anécdota decir que pareció que tuvieron que matar la vaca porque tardaron en servirnos una eternidad, nos costó 250 pesos. Lo bueno es que no teníamos prisa y tras comer subimos un poco a la habitación a descansar un poco y chequear internet (teníamos wifi gratuito a diferencia de en el hotel de Playa del Carmen).

Tras el descanso nos duchamos, nos arreglamos y nos vamos a descubrir la ciudad. El centro neurálgico con la plaza principal la tenemos a cuatro manzanas caminando desde el hotel, así que llegamos sobre las 19:00h y comenzamos a explorar y hacer fotos.

Visitamos por fuera la Casa Montejo del s. XVI y residencia familiar de los Montejo, conquistadores españoles y fundadores de la ciudad y la Catedral de San Ildefonso de Yucatán, primera catedral levantada en la América continental (tierra firme), finalizada en 1599.

Casa Montejo, Mérida
Catedral, Mérida
Mérida
Mérida
Después de dar una vuelta decidimos lo que ya llevábamos pensando desde España, alquilar un coche de caballos para recorrer el centro y la Avenida Montejo como auténticos turistas. Nos cuesta 300 pesos y el paseo dura 40 minutos. Lo mejor el camino de ida y vuelta por la avenida principal de la ciudad hasta llegar al Monumento a la Patria para ir viendo todas las casas coloniales de principios de s. XX que le dan un encanto muy especial.

Mérida
Mérida
Monumento a la Patria, Mérida
Mérida
Mérida
El guía nos va explicando un poco y en el Monumento a la Patria se para y podemos bajar a hacer unas fotos. Para hacer este recorrido caminando desde la plaza de la Catedral está muy lejos así que al final acertamos con el paseo a caballo.

Ya otra vez en la plaza principal entramos en un restaurante muy cerca, en Plaza Santa Ana, que habíamos leído tenía música en directo, “Los Trompos”. Nos tomamos primero dos mojitos y al ver que comenzaba a tocar el grupo (por cierto de música cubana y no mexicana) nos pedimos dos cervezas y una pizza pequeña para cenar. Todo 300 pesos con propina incluida.


De ahí de vuelta al hotel con pequeña parada previa para un helado de coco natural (18 pesos).







2 comentarios :

  1. He disfrutado mucho de estas fotografías que compartes, espero poder ir pronto para allí porque tengo muchas ganas!! Un saludo

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  2. Las fotografías son geniales, a ver si encuentro algún viaje más barato porque tengo muchas ganas de ir, gracias!

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