LOS VIAJES DE CAROL ... Y LEO: SUR DE ITALIA 3

DÍA 3

23 de Enero 2023

Nos levantamos tras sonar el despertador a las 7:30h y, tranquilos, nos arreglamos y bajamos a desayunar a la cafetería de enfrente llamada Caffe Ausonia (Corso Giuseppe Garibaldi, 91, 72100 Brindisi) y donde teníamos incluido una bebida y un bollo.

Tras pasar de nuevo por la habitación, nos vamos al coche y comenzamos la ruta yendo directamente a la ciudad de OTRANTO, a una hora de distancia.

Podemos aparcar el coche sin necesidad de zona azul, gratuito y empezamos a visitar la ciudad. Como estamos al lado del puerto caminamos por allí con unas vistas estupendas del mar ya que hacía un día soleado muy bueno. Es la Vía Lungomare Terre d’Otranto que se abre en una gran explanada con mirador al mar y desde dónde se entra a la ciudad vieja por la Puerta Alfonsina.

Lungomare Terre, Otranto

Puerta Alfonsina, Otranto

Es una imponente puerta perfectamente conservada con la muralla a su lado y que se llama así en honor a Alfonso de Aragón que conquistó Otranto después de la liberación de la ciudad de los turcos, mandando construir la puerta en 1481.

Puerta Alfonsina, Otranto

Tras atravesarla nos encontramos en el Corso Garibaldi, la calle principal de la ciudad antigua y que a subiendo por su suelo empedrado hasta la Pizza del Popolo. Allí se encuentra la Torre Dell’orologio o Torre del reloj construida en 1799 y recientemente restaurada en la que está representado el escudo de la ciudad.

Torre Dell'orologio, Otranto

La siguiente parada que hacemos es la Catedral, que por fuera puede no decir mucho, salvo el rosetón de su pared principal, pero su interior es impresionante, una de las catedrales más bonitas y diferentes que he visto, y he visto muchas.

Catedral, Otranto

Las tres naves de la iglesia no poseen decoraciones impresionantes, un decorado techo en madera dorada y las catorce columnas de granito de los lados. Pero es bajando la mirada que entendemos que estamos delante de uno de los lugares más sorprendentes que ver en Otranto: el mosaico del suelo de la catedral.

Catedral, Otranto

Se trata de una obra del siglo XI de un monje llamado Pantaleone, que a través de unos impresionantes mosaicos, representó en el suelo escenas del Antiguo Testamento, historias de personajes bíblicos y medievales, figuras mitológicas como el Rey Arturo y escenas de la vida de personajes históricos importantes como Alejandro Magno.

Catedral, Otranto

Y para que la visita sea completa hay que ir a la capilla de la derecha del altar, la capilla de los mártires. Llamada así porque alberga en siete vitrinas los restos mortales de 800 mártires de Otranto. Son los habitantes de la ciudad que se negaron a renegar de la religión cristiana para convertirse al islam cuando lo exigieron los turcos en 1480 tras conquistar la ciudad. Debido a esta negación, los turcos decidieron decapitarlos en una montaña cercana y algunos de sus restos se trasladaron y conservaron en esta capilla. También bajamos a la cripta de la catedral llena de arcos, columnas y frescos bizantinos.

Catedral, Otranto

Por cierto que nosotros entramos a la catedral de forma gratuita.

Desde ahí llegamos al Castello Aragonese. Este imponente edificio fue reconstruido en el 1485 por voluntad de Alfonso de Aragón sobre los restos de una precedente fortaleza, que fue destruida por los turcos en un feroz asedio en el 1840.

Castillo Aragonese, Otranto

Lo rodeamos en su totalidad y lo que más llama la atención es que es enorme, con sus cuatro torres y un foso amplísimo al que se puede bajar y que está preparado para correr o ir en bici. No entramos dentro así que no puedo opinar sobre ello, pero ya verlo por fuera llama mucho la atención.

Castillo Aragonese, Otranto

Continuando por la muralla en la parte baja del castillo, en el lado del puerto, se llega a la Torre Matta. Es una torre que por mucho tiempo se quedó escondida en el interior de un bastión del castillo y que ha sido descubierta recientemente. En el s. XVI se necesitó para divisar los barcos de los sarracenos que, a menudo, amenazaban la costa de Otranto. Se puede subir de forma gratuita que te ofrece unas vistas muy bonitas de la ciudad.

Vistas Torre Matta, Otranto

Torre Matta, Otranto

Y por fin encontramos el último monumento que nos quedaba de ver de la ciudad y uno de los más importantes, la Chiesa di San Pietro, la iglesia más antigua de la ciudad construida en el s.X y uno de los pocos testimonios del dominio bizantino sobre la ciudad. Es muy bonita enclavada entre casas. Estaba cerrada así que no pudimos ver los mosaicos de estilo bizantino de su interior.

Chiesa di San Pietro, Otranto

Salimos de la ciudad rodeándola por la muralla mientras veíamos la cristalina agua del mar Adriático y regresamos al coche.

Otranto

Habíamos decidido realizar la ruta panorámica que nos había recomendado el dueño del B&B que consiste en recorrer la carretera pegada al mar y que pasa por varios pueblos muy bonitos, hasta llegar a la punta del tacón de la bota, a Santa María de Leuca.

Hacemos varias fotos en distintos miradores mientras vamos circulando por esta carretera y la verdad que es un paisaje muy bonito.

Ruta de Otranto a Santa María de Leuca

Llegamos a SANTA MARÍA DE LEUCA y hacemos las fotos obligatorias en el faro y el Santuario que está al lado.

Santa María de Leuca

Pensamos comer algo rápido en el pueblo pero nos encontramos que está todo totalmente cerrado así que decidimos ir yendo hacia Lecce y parar en alguna gasolinera. Lo que no teníamos en cuenta que todas las gasolineras del camino estaban cerradas lo que es la tienda o bares y que la gasolina era self service, así que aunque aprovechamos para llenar el depósito, no pudimos tomar nada y como ya se estaba haciendo tarde entramos en LECCE y nos dirigimos directamente al McDonald's de la ciudad, que además está en el centro, para comer. Dejamos el coche gratis (la zona azul de 14 a 16 horas es gratuita) y comemos 2 menús por 19€.

Tras la comida teníamos poco tiempo para visitar la ciudad ya que queríamos intentar llegar a Brindis todavía de día (a las 17.15h ya era noche cerrada) para verla, así que en Lecce dios un paseo por toda la zona histórica, pasando por el Castello Carlo V, sus numerosas iglesias barrocas a las que no entramos porque eran todas de pago, incluida la Catedral, situada en una plaza preciosa con solo una entrada, así que bastante escondida.

Lecce

También vimos el Anfiteatro romano, construido en el s.II d.C, aunque hay historiadores que lo sitúan en tiempos de Augusto, con capacidad para 15000 espectadores. Se encuentra en la preciosa plaza Sant’Oronzo y es perfectamente visible desde ella.

Lecce

También intentamos ver el teatro romano pero estaba cerrado y este sí que no se puede desde la calle.

Regresamos al coche, atravesando el Jardín Público Giuseppe Garibaldi, eran las 15.30h y ponemos rumbo a Brindisi que se encuentra a media hora de camino.

Lecce

Lo dejamos aparcado en la misma zona azul que se encuentra a dos calles de la habitación y, tras pagar 6,20€ para poder tenerlo hasta las 9:30h del día siguiente, comenzamos a visitar la ciudad de día.

Comenzamos en el puerto y enseguida nos encontramos con uno de los símbolos de la ciudad, las Columnas romanas gemelas en lo alto de una escalinata hacia el mar. Fueron construidas durante el s.II y usadas como faro probablemente para indicar el lugar en el que terminó el antiguo camino de los Apios. Una de ellas se derrumbó tras un terremoto y se encontraron sus restos muchos años después.

Columnas Romanas, Brindisi

Vista desde Columnas Romanas, Brindisi

Subimos la escalinata para entrar en la parte vieja de la ciudad y llegar a la Piazza del Duomo, la más antigua. Rodeada de edificios importantes como el Seminario, el Palacio Balsamo, el Instituto S. Vicenzo o el Museo, sin duda destaca la figura de la Catedral.

Brindisi

La Catedral de Brindisi, también llamada Catedral de Brindisi y la Basílica de la Visitación, es una iglesia muy antigua. Era de hecho consagrado en 1089 ya lo largo de los años ha sufrido diversos daños con la consiguiente reconstrucción. El terremoto de 1743, por ejemplo, casi lo arrasa. Hoy todavía se pueden ver por dentro fragmentos del primer piso, así como mosaicos y lienzos representando figuras religiosas, además en la capilla se guardan los restos mortales de San Teodoro d'Amasea, patrón de la ciudad.

Catedral, Brindisi

En un lateral de la plaza se encuentra el Pórtico de los Caballeros Templarios que se remonta a la Edad Media, alrededor de los s.XII y XIII pero su uso nunca ha sigo completamente aclarado. Su estructura con arcos góticos y una columna en mármol griego sugiere que se trataba de una logia.

Pórtico de los Caballeros Templarios, Brindisi

Volvemos al paseo del puerto para continuar recorriéndolo. Desde ahí se ve al otro lado el Monumento dedicado a los marineros al que se puede ir en un barco (que es como un autobús con varias paradas a ambos lados del puerto) pero no pasamos porque cerraba a las 16:00h y ya no íbamos a poder subir a su punto más alto para ver la ciudad.

Brindisi

Además ahí, a lo lejos se puede ver el Castillo de Alfonsino en la pequeña isla de Sant’Andrea. Se trata de una compleja fortaleza aragonesa cuyas obras se iniciaron en 1558 ordenadas por el entonces reinante Felipe II de Austria, hijo de Carlos V. Para poder llegar es necesario el coche porque está muy alejado de la ciudad.

Castillo de Alfonsino, Brindisi

Continuamos por el paseo marítimo con la idea de llegar a su extremo donde se encuentra el Castillo de Suabia. Lo malo es que después de llegar hasta allí nos damos cuenta de que lo está utilizando la fuerza militar italiana, que está todo vallado y que no podemos hacerle fotos.

Brindisi

Castillo de Suabia, Brindisi

Nuestra idea era llegar al Bastión de Carlos V a través de la Via Cristoforo Colombo pero se nos va echando la noche encima y cuando estamos llegando ya está apagado. Así que, un poco cansados porque el día había sido largo, regresamos a la habitación por la calle principal de la ciudad, Corso Roma que enlaza con Corso Giusseppe Garibaldi.

Descansamos un poco en la habitación y, a las 20:30h, salimos a cenar a uno de los restaurantes recomendados por el dueño que tan bien nos había salido el día anterior. Se trata de La Cantina ti L’Artisti (Via De’Terrible 11) pero no nos gustó nada. Pedimos de antipasti unos mejillones gratinados que fue lo que más nos gustó porque estaban ricos, pero la pasta que eran unos raviollis de salmón y unos tagliatelle con pez espada y setas no nos gustaron. Y ya el vino de la casa era peleón a tope. Nos cuesta 36€.