DÍA 10
10 Septiembre 2018
Último día completo en el país y
nos levantamos como casi siempre a las 8:00h para prepararnos e irnos a la
capital, REIKIAVIK.
Para ello tenemos que pasar por
el túnel de Hvalfjörður para atravesar el fiordo de mismo nombre por debajo del
agua y así ahorrar tiempo, eso sí hay que pagar y son 1000kr. Como llegamos a
las 12:30h vamos directamente al apartamento alquilado que lo tenemos en pleno
centro de la ciudad.
Aparcamos en zona azul (es hasta
las 18:00h y metemos 600 kr para tener tiempo hasta las 4 de la tarde). Dejamos
nuestras cosas y nos vamos a explorar un poco la capital.
Central Guesthouse Reykjavík (Laufásvegur 2, 101 Reikiavik, Islandia).
Justo al lado tenemos el
Parlamento nuevo al que puedes llegar hasta la puerta sin que haya ningún tipo
de seguridad, algo que llama la atención.
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Parlamento nuevo, Reikiavik |
Continuamos por la misma calle
hasta llegar al edificio más emblemático de la ciudad situado en el puerto, el
Harpa. Inaugurado en 2011, es el centro de conciertos y conferencias de Reikiavik
además de la sede de la Orquesta Sinfónica de Islandia y de la Ópera Islandesa. Eso sí las fotos las sacamos casi por la noche cuando volvimos a pasar por allí.
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Harpa, Reikiavik |
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Harpa, Reikiavik |
Regresamos sobre nuestros pasos
para ir a comer el famoso perrito caliente de la ciudad, Bæjarins Beztu Pylsur (Tryggvagata
1, Reikiavik 101, Islandia). Había una fila bastante considerable pero
esperamos. Eran pequeños así que comemos 2 cada uno y un refresco (cada uno en
total 700kr) y hay que decir que bueno, es un perrito caliente como tantos
otros, no terminamos de entender tanta fama.
Ya con el estómago lleno pasamos
por el Lago Tjörn, donde se encuentra la oficina de turismo y el ayuntamiento.
Es una zona bonita de la ciudad y como hacía sol tenía su encanto con la gente
en las orillas y múltiples patos y cisnes.
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Parlamento, Reikiavik |
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Reikiavik |
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Lago Tjörn, Reikiavik |
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Lago Tjörn, Reikiavik |
Seguimos nuestro camino hacia la
Catedral, visible desde cualquier punto, Hallgrimskirkja. Con sus 74,5 metros
de altura es la iglesia más alta de Islandia, está inspirada en las columnas de
basalto que se pueden ver en tantos puntos de forma natural del país y fue
terminada en 1986 a pesar de que se comenzó a construir en 1948.
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Hallgrimskirkja, Reikiavik |
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Hallgrimskirkja, Reikiavik |
La entrada es gratuita, pero para
poder subir en el ascensor al mirador de lo alto de la torre hay que pagar
1000kr por persona. Nosotros lo hicimos y las vistas merecen la pena porque
puede observarse toda la ciudad que desde esa altura parece casi de juguete,
toda de casas bajitas de colores.
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Vistas desde Hallgrimskirkja, Reikiavik |
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Vistas desde Hallgrimskirkja, Reikiavik |
A la bajada, tras ver el
monumento en la plaza de la catedral de Leif Eriksson, paramos en una cafetería
muy original llamada Babalú (22, Skólavörðustígur, 101 Reykjavík, Islandia) y
pedimos 2 trozos de tarta casera para compartir y cafés para todos. Nos costó
4400kr en total pero hay que decir que estaba buenísimo.
Regresamos hacia el coche y, con
bañadores y toallas preparados, nos vamos a una de las múltiples piscinas de la
ciudad. Habíamos seleccionado Laugardalslaug, por ser la más grande de
Reikiavik y desde luego no nos decepcionó. Había de todo, muchas piscinas
pequeñas con distintas temperaturas de agua (hasta de 44° que ardía), piscina
grande para nadar, otra grande para jugar, dimos buena cuenta de la canasta
dentro del agua jugando al baloncesto porque hay pelotas que se pueden utilizar
gratuitamente, y un tobogán enorme. Todo exterior con una temperatura de 12°.
El precio de la entrada es de 980kr cada uno y te dan una pulsera para poder
tener taquilla en el vestuario.
Estuvimos a remojo hasta las
18:30h y regresamos al apartamento. La anécdota fue que, al llegar al
apartamento, me doy cuenta de que no encuentro mi monedero donde tenía las
tarjetas de crédito, mi DNI y el carnet de conducir. Toda nerviosa regresamos a
la piscina con el coche por si se me había caído por allí y después de revisar
el parking sin resultado entramos a preguntar y la tenían allí guardada. Pero
lo más alucinante fue que me habían mandado un mensaje a Facebook para avisarme
de que la tenían (mi nombre coincide con el de la red social y lo habían
encontrado a través del DNI). Increible!.
Ya relajados salimos de nuevo
para ver la famosa escultura del paseo marítimo, símbolo de la ciudad, llamado
Solfar. Obra del artista islandés Jón Gunnar Árnason, recuerda a un barco
vikingo apuntando hacia el sol poniente aunque su autor refiera que es el barco
de los sueños, un símbolo a la luz y a la esperanza.
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Solfar, Reikiavik |
De ahí nos vamos a cenar a un
sitio que recomendaban en distintos blogs. Se encuentra en el puerto viejo, en
unas casas de pescadores y fue un acierto. Se llama Saegreifinn (Geirsgata 8,
Reikiavik 101, Islandia). Pedimos la oferta del día que consistía en sopa de
cigala (muy típica del país y que todavía no habíamos probado) y una brocheta
de pescado rojo a la parrilla. Estaba todo buenísimo y nos costó en total los
cuatro 11500kr con un refresco cada uno.
Regresando al apartamento vemos
un bar tranquilo con happy hour y pedimos una pinta de cerveza para cada uno
para poner el broche de oro al viaje y brindar por una experiencia increíble.
Sólo nos quedaba regresar,
recoger y a dormir que teníamos que levantarnos temprano al día siguiente.
Mapa de Ruta día 10
SI QUIERES VER EL FINAL DE NUESTRO VIAJE, PINCHA EL ENLACE:
ISLANDIA 2018 PARTE 4
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