ISLANDIA 3


DÍA 3

3 Septiembre 2018


Nos levantamos poco antes de las 8:00h y tras desayunar, ducharnos y recoger todo, cargamos el coche con las maletas y seguimos ruta. Antes echamos gasolina (5000kr) y compramos en el supermercado justo al lado (4831kr).

Empezamos por la cascada de Seljalandsfoss, que es visible desde lejos en la carretera. Estaba lleno de turistas que realizaban el mismo recorrido que nosotros. Pagamos el parking, 700kr, que también permite usar los baños y nos dirigimos a la cascada, ya con los ponchos que nos habíamos comprado colocados porque sabíamos que nos íbamos a mojar bastante.


Seljalandsfoss
El río Seljalandsá, el 'río líquido', cae cerca de 60 metros en lo que en otros tiempos era una escollera sobre el océano (que en la actualidad se encuentra a varios kilómetros) y que hoy marca el límite entre las Tierras Altas y el resto del país.

Lo más llamativo de ella, aparte del paisaje que la rodea, es que hay un camino para pasar por detrás de la caída de agua, y aunque te empapas merece la pena porque no es algo que se pueda hacer muy a menudo.


Seljalandsfoss
Seljalandsfoss
A unos 800 metros, enfrente de un camping está la otra cascada que se puede visitar, pero para verla bien hay que entrar en la gruta haciendo equilibrios sobre piedras para no caer al agua. Se llama Gljúfrabúi. Del grupo sólo Miriam entró.


Gljúfrabúi
Seljalandsfoss
Regresamos al coche y seguimos por la Ring Road 1 en dirección a la cascada de Skógafoss. Antes de llegar a la izquierda hay un punto donde indican que se encuentra el volcán Eyjafjallajökull, muy famoso porque fue el responsable en 2010 tras su erupción de la gigantesca nube de ceniza que paralizó todo el tráfico aéreo de Europa y secundariamente nos regaló 5 días extras a Leo y a mí en Polonia. Desgraciadamente había nubes y no se veía pero la foto por supuesto la hicimos.


Volcán Eyjafjallajökull

La cascada de Skógafoss está formada por el río Skógá que rompe un muro de roca saltando por encima de una meseta para caer en una llanura que permite la vista de Skogafoss desde varios kilómetros de distancia, se precipita desde una altura de 62 metros y su anchura es de 25 metros.


Skógafoss
La gran particularidad de esta cascada es que hay una escalinata para subir a la parte alta. Hacía un tiempo estupendo de nuevo y por supuesto subimos los 427 escalones para apreciar la caída de agua desde su inicio. Además hay un sendero bordeando el río con un paisaje espléndido y caminamos un poco disfrutando del estupendo día que hacía.

Skógafoss
Skógafoss
Skógafoss
Skógafoss
Continuamos con el coche por la N1 en dirección este y vimos un grupo de coches aparcados a un lado de la carretera con un desvío hacia la vista de un glaciar, así que no nos lo pensamos y nos metemos en la carretera de tierra llena de baches durante 4 kms.
Por fin llegamos y vimos que se llamaba Sólheimajökull. Se puede caminar hasta casi la base del glaciar, bastante negro por la tierra volcánica de debajo (muy diferente a glaciares de otras partes del mundo), y con icebergs flotando. Había muy poca gente así que es recomendable el desviarse un poco.

Sólheimajökull

Sólheimajökull
Nuestra siguiente parada es la zona de playas negras y lo primero que hacemos es desviarnos hacia el faro de Dyrhólaey. 




Fue construido a principios del s.XX y actualmente está habilitado como hotel rural. El subir a este punto no es tanto por el faro sino porque te permite tener una vista increíble por un lado de la larga playa y por otro del Arco de Dyrhólaey.

Dyrhólaey
Dyrhólaey
El arco de piedra se eleva hasta los 120 metros de altura lo que permite una vista de las playas aledañas y del océano bravo que castiga esta zona de Islandia. Dyrhólaey es realmente una isla que se ha unido al resto de Islandia por las playas y zonas de marisma que la rodean.

Arco Dyrhólaey

Vista desde  Dyrhólaey
Bajamos de nuevo con el coche para acercarnos a la playa de al lado, la playa de Reynisfjara.


Playa Reynisfjara

Playa Reynisfjara
La playa de Reynisfjöru / Reynisfjara, dependiendo de donde y quien las mencione, protegen la península rocosa del cabo de Reynisfjall. Son dos de las playas más reputadas de Islandia por su belleza. Las agujas de Reynisdrangar, islotes afilados que llegan a los 43m de altura protegen el cabo del mismo nombre. Al pie de los acantilados se encuentra una zona de columnas de basalto similar a la conocida Calzada de los Gigantes de Irlanda del Norte. En mitad de la playa otro farallón solitario se alza como abandonado entre la arena negra.

Playa Reynisfjara
Playa Reynisfjara
Nos hacemos unas cuantas fotos al igual que el resto de turistas que invadían la zona y continuamos la ruta por la N1 parando un momento en el pueblo de Vik.


Vik

Vik
Seguimos en carretera y hay un punto a la izquierda llamado Laufskalavarda donde la gente ha ido haciendo pequeños montículos de piedras, que se supone que dan suerte en el viaje.

Laufskalavarda
Paramos solo para una foto y seguimos atravesando Eldhraun, una gran extensión de lava negra cubierta de musgo verde bastante impresionante, que abarca prácticamente hasta donde alcanza la vista. Se generó en 1783 a causa de una tremenda erupción del volcán Laki, que estuvo más de 8 meses expulsando lava y creando esta inmensa capa que cubrió el valle del río Skaftá y llegó hasta el mar, y que en algunos puntos tiene hasta 200 metros de espesor. Paramos en un punto para las fotos y para caminar sobre la superficie esponjosa del musgo porque es una sensación que en pocos lugares se puede tener.


Eldhraun
La última parada del día es el Cañón de Fjadrargljúfur. Tiene hasta 100 m de profundidad y unos 2 km de largo, con el río Fjaðrá fluyendo a través de él. El cañón tiene paredes empinadas y aguas serpenteantes y sus orígenes se remontan a los períodos fríos de la Edad de Hielo, hace unos dos millones de años.


Cañón Fjadrargljúfur
Merece mucho la pena acercarse porque es una zona preciosa y con muy pocos turistas. Hicimos el recorrido hacia arriba parando en los tres miradores que hay, siendo el último y más alejado el que proporciona la mejor vista.


Cañón Fjadrargljúfur
Cañón Fjadrargljúfur
Ya sólo nos quedaba ir hasta HOF, un pequeñísimo pueblo (unas cuantas casas agrupadas más bien) a unos 20 kms de la entrada de Skatfell, donde teníamos una cabaña reservada. Se llamaba el sitio Nonhamar (Hof 2, Lækjarhús, 785 Öræfi, Islandia) y aunque es bastante más cara que la de Hella, es perfecta, muy bien equipada, amplia y limpia, lástima que sólo íbamos a estar una noche.

              


Nos habían mandado por mail el código con el que podíamos obtener la llave de la cabaña que se encontraba en un cajetín en la puerta, y decir que éste método se repite en muchos más apartamentos que habíamos reservado en el viaje, es muy cómodo porque no dependes de que esté el dueño o de llegar a una hora concreta.

Llegamos pasadas las 20:30h y tras prepararnos la cena y jugar unas partidas de póker con dinero falso, nos echamos a dormir en las literas.







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ISLANDIA 2018 PARTE 2

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