DÍA 3
3 de Mayo 2014
Nos despertamos tranquilos y sin prisa
y después de tomar otro suculento desayuno nos preparamos para la ruta. Iba a
ser otro día de mucho calor así que decidimos comenzar viendo pueblos para luego
al mediodía (que es imposible caminar) volver al hotel.
Comenzamos por ALBUFEIRA, un típico
pueblo de playa muy turístico pero ese día muy tranquilo. Paseamos por sus
calles empinadas hasta un mirador que permite ver la playa desde mucha altura.
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Albufeira |
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Albufeira |
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Albufeira |
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Albufeira |
Desde allí continuamos a ALMANCIL un
pueblo pequeñito al que fuimos para ver la Iglesia de San Lorenzo, de estilo
barroco (tipo ermita a las afueras) con la peculiaridad de estar recubierta de
azulejos de forma completa, incluido el techo. La entrada cuesta 2€ cada uno,
un poco exagerado para lo pequeña que es, pero no lo sabes hasta que no pagas y
entras. Por cierto que además no se pueden hacer fotos del interior.
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Almancil |
Nuestro siguiente destino es LOULÉ pero
la sorpresa fue la cantidad de gente y de coches que había. Eran fiestas y
había mercado así que después de dar varias vueltas intentado encontrar un
sitio para aparcar y no conseguirlo, decidimos irnos (ya visitaremos el pueblo
en otra ocasión).
Nos fuimos a ESTOI, y sin bajar casi
del coche nos acercamos donde está el Palacio de Estoi para hacer una foto,
pero estoy muy abandonado y la hicimos desde la reja a distancia.
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Estoi |
Justo a la entrada del pueblo de Estoi
se encuentran las ruinas de la villa romana de Milreu. Nos acercamos pero
tuvimos la mala suerte que cerraban 20 minutos después (eran las 12:40h) y no
merecía la pena pagar para verlo corriendo porque según el de la taquilla la
visita dura unos 40 minutos.
La verdad es que a esas alturas
estábamos un poco cansados y el calor ya estaba a pleno apogeo, pero no
podíamos dejar pasar la oportunidad de acercarnos a FARO, la capital del
Algarve y sólo a 11 kilómetros de donde nos encontrábamos.
Dejamos el coche justo en el puerto y
subimos a la zona antigua de la ciudad (Ciudade Velha) para ver la catedral y
el ayuntamiento. Es una zona peatonal y empedrada que a esas horas estaba
bastante desierta, así que hicimos unas fotos y regresamos al coche.
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Faro |
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Faro |
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Faro |
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Faro |
Nos pusimos en marcha hacia el hotel
(teníamos 60 kms) por la carretera nacional para evitar el pago de la autopista
y a 5 kms de llegar vimos un supermercado grande y decidimos parar para comprar
algo de beber y de comer para hacernos unos sándwiches en el hotel y echarnos
la siesta después.
Por la tarde tras el sueñecito nos
vamos a LAGOS, pueblo a 17 kilómetros de Portimao. Antes de visitarlo nos vamos
directos a PONTA DA PIEDADE, una cala a 3 kilómetros llena de acantilados de
forma irregular y grutas creadas por la fuerza del agua. Lo encontramos sin
problemas porque hay muchos carteles que guían hacia allí y lo primero que
hacemos es descender casi hasta la cala. Hay que bajar muchas escaleras pero
merece la pena por las estupendas vistas del acantilado y del mar chocando con
las rocas.
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Ponta da Piedade, Lagos |
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Ponta da Piedade, Lagos |
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Ponta da Piedade, Lagos |
Luego hacemos unas fotos desde arriba y
al faro que se encuentra allí y después regresamos al coche para volver a Lagos
para aparcar cerca del puerto (gratis porque la zona azul termina a mediodía
los sábados).
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Ponta da Piedade, Lagos |
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Ponta da Piedade, Lagos |
Comenzamos a explorar la ciudad después
de comprarnos unos helados (5€) bastante buenos y caminando llegamos hasta la
pequeña fortaleza que se encuentra al otro lado del rio (el puerto es de río,
que desemboca un poco más adelante en el Atlántico).
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Lagos |
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Lagos |
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Lagos |
Vemos las murallas de la ciudad y la
plaza principal de la zona antigua para llegar a una calle llena de
restaurantes a ambos lados. La verdad es que había mucha gente, fue el sitio
donde más ambiente encontramos y por todo lo que se puede disfrutar nos encantó
Lagos.
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Lagos |
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Lagos |
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Lagos |
Dimos varias vueltas a esa calle
mirando los menús y la gente que estaba comiendo pero como no terminábamos de
decidirnos, pensamos en ir a los restaurantes que habíamos visto cuando
llegamos y dejamos el coche, enfrente del puerto.
Nos acercamos y por fin nos sentamos en
la terraza de uno. Aprovechamos para tomarnos una sangría, berberechos a la
marinera (que estaban muy frescos) y arroz de pulpo (todo 45€).
Ya con el estómago lleno regresamos al
hotel en poco tiempo gracias a la cercanía entre las dos ciudades y a
descansar. Escapada muy recomendable.
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