DÍA 3
3 Julio 2017
El despertador suena a las 8:30h (hora local) y después de
arreglarnos vamos al buffet del desayuno donde había de todo y nos preparamos
para la llegada a HELSINKI (FINLANDIA). Por cierto que a la llegada había 12
grados y lloviendo.
Bajamos del barco a las 11:00h y bajo la lluvia buscamos la
parada de autobús de línea que nos llevaría al centro de la ciudad. Se
encuentra muy cerca y es el nº 14. Iban también una familia española y lo
curioso es que el conductor no nos cobró el billete (es final y principio de
línea).
Revisando el GPS del móvil (el comienzo del roaming en
países comunitarios nos vino muy bien durante el viaje) nos bajamos en
Lönnrotinkatu ya que vimos que caminando todo recto llegábamos al centro
principal y a la oficina de turismo donde cogimos un mapa.
Justo enfrente está el puerto desde donde salen los barcos a la isla de
Suomenlinna y decidimos hacer eso lo primero de todo para visitar la ciudad
después. Al fondo es donde está el barco público que cuesta 5€ por persona
ida/vuelto y además lo teníamos justo ahí, así que nos subimos y pudimos sacar
unas fotos estupendas de Helsinki a pedida que se alejaba del puerto rodeados
de las gaviotas que nos seguían (por cierto que había dejado de llover así que
todo salía perfecto).
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Ferry a Suomenlinna |
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Vistas desde ferry a Suomenlinna |
En 15 minutos llegamos a la isla-fortaleza declarada
Patrimonio Mundial de la UNESCO y visitamos todo el recorrido a lo largo de la
isla marcado perfectamente a través de señales azules. Las vistas, los muros
defensivos, los cañones, todo en un encuadre natural muy bonito, hace que el paseo merezca la pena y además
permite imbuirse en parte de la historia ya que se creó la fortaleza como
defensa de tres estados diferentes (Suecia, Rusia y Finlandia).
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Isla-Fortaleza de Suomenlinna |
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Isla-Fortaleza de Suomenlinna |
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Isla-Fortaleza de Suomenlinna |
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Isla-Fortaleza de Suomenlinna |
Merece mucho la pena el visitar la isla y da tiempo si se va
rápido, porque los barcos salen cada 20 minutos y les cuesta sólo 15 minutos
llegar.
De nuevo en la ciudad de Helsinki empezamos la visita por la
Catedral Ortodoxa Uspenski, construida a mediados del siglo XIX, es de ladrillo
rojo, tiene 13 cúpulas y se alza sobre una colina en la península Katajanokka
que se levanta sobre la ciudad. Estaba cerrada así que sólo pudimos visitarla
por fuera.
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Catedral Uspenski, Helsinki |
Desde allí, muy cerca, está la plaza del Senado
(Senaatintori) el punto principal de Helsinki ya que se encuentra el Palacio
del Consejo del Estado, el Edificio Central de la Universidad y especialmente,
en lo alto de la escalinata, la Catedral luterana terminada en 1840 en estilo
neoclásico.
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Catedral, Plaza del Senado, Helsinki |
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Plaza del Senado, Helsinki |
Decidimos tras unas cuantas fotos ir a comer algo al Mercado
Viejo que está en el puerto, en el lado del parque Esplanadi enfrente de la
oficina de turismo.
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Mercado Viejo, Helsinki |
Tras dar una vuelta, nos sentamos en un puesto donde sólo
vendían sopas y pedimos una de marisco y una crema de coliflor que estaban
deliciosas (acompañadas de distintas clases de pan y agua) por 19€.
Con el estómago lleno recorremos el parque Esplanadi y nos
dirigimos a la estación de tren, al Parlamento de Finlandia y a la iglesia de
la Roca donde finalmente no entramos (cuesta 3€ por persona).
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Parque Esplanadi, Helsinki |
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Estación de tren, Helsinki |
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Parlamento Helsinki |
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Iglesia de la Roca, Helsinki |
Eran casi las 15:30h así que decidimos buscar la parada del
autobús 14 de vuelta al puerto y justo pasamos por la plaza Kompi donde estaba
una de sus paradas. Esta vez sí nos cobran, 3,20€ por billete y la ventaja es
que se puede pagar al conductor dentro del autobús.
En media hora estábamos de vuelta en el crucero y tras subir
a la zona del bar a comer y beber algo, descansamos en el camarote con una
buena siesta. Nos ponemos elegantes porque era la noche del capitán y mientras
bebemos unas copas de champagne que obsequiaban a todos, escuchamos al capitán
su discurso antes de ir a la cena a las 20:30h.
A las 22:30h en el teatro vimos el espectáculo de música y
baile que rememoraba éxitos desde los años 60 a los 90 y que nos pareció
impresionante y tras unas fotos nos volvimos al camarote a descansar.
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