ITALIA 8


DÍA 8

11 Junio 2011

Salimos temprano del hotel de Florencia y abandonamos la ciudad poniendo rumbo a BOLONIA.

Al llegar, lo primero que hicimos fue ir al aeropuerto para recoger a otro amigo que se unía durante 3 días a nuestro viaje. Llegó sin problemas, pero lo más difícil fue entrar 5 adultos con sus respectivas maletas en un fiat 500. Tuvimos que hacer un montón de peripecias para al final meternos, entre otras cosas abatir parcialmente los asientos de atrás para hacer algo más grande el maletero (por lo que las 3 chicas que íbamos atrás lo hicimos con la espalda encorvada) y las maletas pequeñas y mochilas llevarlas encima de las piernas.

En fin que después de todo esto, nos vamos al centro de la ciudad y dejamos el coche en un parking subterráneo para, caminando, visitar los monumentos de la llamada ciudad roja.

Bolonia
Bolonia
Bolonia
Bolonia
Aprovechamos además para tomar un café y poder charlar un rato, pero después de las fotos de rigor, volvemos al coche para seguir ruta.

Nuestra siguiente parada fue MARANELLO, un pequeño pueblo muy cercano donde se encuentra el Museo Ferrari. Lo encontramos después de equivocarnos y parar en la fábrica (en la que por supuesto no se puede entrar) pero luego no hubo problemas.

Maranello
La anécdota surgió al ir a comprar las entradas. Vimos que eran caras, pero que para familias había descuento, así que ni cortos ni perezosos pedimos 5 entradas de grupo de familia, y aunque parezca mentira ¡no nos pusieron pegas!, y eso que los únicos familiares reales eran Leo y Sheila que son primos hermanos.
Entramos pues al museo, y nos gustó mucho. Es verdad que a todos nos gustan los coches, cada uno en nuestra faceta, y que para alguien que no le llame mucho la atención el mundo del motor, el museo pierde interés. Aún así es espectacular estar con tantos coches de lujo, de distintas épocas y también los usados en Fórmula 1.

Museo Ferrari, Maranello
Museo Ferrari, Maranello
Estuvimos bastante rato dentro, haciendo muchísimas fotos y finalmente salimos y con nuestro coche (las comparaciones eran odiosas) terminamos nuestra ruta hacia VERONA.

Llegamos por la tarde y nos fuimos directamente a la oficina del rent a car donde habíamos acordado previamente devolver el coche. El problema fue que aunque en la reserva del coche ponía que esta oficina era la del centro de la ciudad, la verdad es que se encontraba en un polígono industrial lejísimos del centro, y en el que nos costó encontrar una gasolinera abierta para poder llenar el depósito. Lo dejamos por fin y el empleado nos llamó a dos taxis para poder ir al centro.

Las tres chicas fuimos a nuestro hotel, el hotel Valverde (Via della Valverde, 91, 37122 Verona, Italia) y los chicos al suyo. Después de dejar las maletas y descansar un poco, quedamos en un punto intermedio para dar un paseo por la ciudad mientras se hacía de noche y se encendían todas las luces. 



Verona nos impresionó, no podía imaginar la belleza que desprende por todas sus calles y la tranquilidad que se respira. Nos gustó muchísimo y nada mejor que antes de regresar a nuestros hoteles primero cenar en la terraza de un restaurante delicioso (pedimos pizzas que el camarero flambeó en la mesa) y siguiendo la caminata, un helado de tres sabores.

Verona
Verona
Verona
Verona








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