LOS VIAJES DE CAROL ... Y LEO: GRECIA 2

DÍA 2

3 Octubre 2021

Nos despertamos temprano, a las 7:00h, para estar listos los cuatro a las 8:00h.

Terraza habitación Hotel Ilion, Loutraki

Salimos a desayunar y tras bajar hasta la playa y ver que no hay nada abierto, volvemos a la calle principal del interior de la ciudad. Después de mucho buscar terminamos en una cafetería justo al lado del hotel y del coche. Desayuno de todos 18€.

Loutraki

Hacemos el check-out, cargamos el coche con todas las maletas y nos ponemos en ruta.

La primera parada la tenemos muy cerquita, el CANAL DE CORINTO, a 6 kilómetros. Es una vía de agua artificial que une el golfo de Corinto con el mar Egeo por el istmo de Corinto, abriendo esta vía al transporte marítimo y separando el Peloponeso del resto de Grecia. Mide 6,3 km de largo y se construyó entre 1881 y 1893 (aunque la idea venía concibiéndose desde al menos el siglo VII a. C). El canal fue inaugurado el 9 de noviembre de 1893. El canal evita el rodeo de 400 km alrededor de la península del Peloponeso a los barcos pequeños, ya que solo tiene 21 m de ancho y 8 de profundidad. A pesar de estas limitaciones, cerca de 11000 barcos cruzan el canal cada año, en su mayoría pertenecientes a rutas turísticas.

Paramos el coche en uno de los parkings, ya cruzado el canal, y hacemos fotos a ambos lados del puente peatonal, eso sí, no vemos ningún barco cruzando lo que nos habría encantado.

Canal de Corinto, Corinto

Nos vamos desde allí con el coche a la ANTIGUA CORINTO para visitarla. Se encuentra a 4 kilómetros de la ciudad moderna y fue reconstruida tras ser arrasada por los romanos, con lo que ha llegado muy poco de lo que fue la primigenia ciudad griega. Destaca un templo dedicado a Apolo de estilo dórico y una serie de piezas de cerámica que se conservan en el museo del yacimiento. A pesar de los terribles terremotos que la ciudad sufrió en los años 375 d.C y 521 d.C, aún se mantiene el típico trazado de una ciudad romana, con una avenida principal pavimentada de mármol y junto a la que se aprecian una serie de letrinas, una fuente al final de la calle y la Fuente de Glauce.

Museo Antigua Corinto, Corinto

Pagamos los tickets, 8€ cada uno, y recorremos primero el museo y luego el exterior que la verdad nos sorprende porque no pensábamos que iba a estar así de conservado.

Antigua Corinto, Corinto

Nos queda todavía el otro punto de interés de la ciudad, ACROCORINTO. Es una fortaleza que alcanzó su máxima importancia en la época medieval y que está situada en lo alto de un promontorio rocoso de 575 metros de altitud en el istmo de Corinto. La construcción de la fortaleza tuvo lugar entre los siglos VII y VI a.C. en pleno periodo helénico. Los romanos también pasaron por aquí destruyendo la imponente ciudadela y reconstruyéndola posteriormente para usarla acorde a sus propios intereses. Posteriormente fue fortaleza del Imperio bizantino, de los francos, de los venecianos y de los otomanos, hasta que en el año 1822 pasó a formar parte de la recién creada nación de Grecia.

Dejamos el coche sin problemas y entramos de forma gratuita para ir subiendo a lo largo de sus murallas ya que va adaptándose a la cima de la colina en la que se sitúa. Merece la pena tanto por la fortaleza en sí como por las espectaculares vistas hacia la ciudad y el istmo de Corinto.

Acrocorinto, Corinto

Ya en el coche nos adentramos en la Península del Peloponeso y recorremos los 80 kilómetros que nos separan del siguiente punto del día, el espectacular TEATRO DE EPIDAURO. Entrada 12€ por persona.

Teatro de Epidauro

Se levantó en el siglo IV a.C. por Policleto el Joven quien lo diseñó para una capacidad de 6.200 espectadores. La orquesta es circular, de unos 20 m de diámetro, y en ella se movilizaba el coro. En el proscenio actuaban los actores. En los últimos años de la época helenística el teatro sufrió una remodelación agrandándose la cávea en vertical, con la adición de nuevas gradas, aumentándose así su capacidad hasta 12.300 espectadores.

Teatro de Epidauro

Recorremos todo el teatro, tanto en la parte más alta como abajo comprobando la buena acústica que tiene porque cuando alguien habla es perfectamente oíble desde la fila de grada más alejada.

Teatro de Epidauro

La última maravilla arqueológica que nos quedaba en el día era Micenas (a 45 kilómetros) pero antes, ya en el pueblo, decidimos comer en una terraza en el Restaurante Melina’s (Mykines 212 00, Grecia) donde probamos el souvlaki de pollo y la pasta con carne. Llenísimos porque los platos eran enormes (58€ la comida de los cuatro), nos vamos a la ciudad antigua de MICENAS.

Dejamos el coche y, tras pagar la entrada de 12€ cada uno, visitamos el yacimiento arqueológico. Micenas fue una de las ciudades-estado más ricas e influyentes del mundo antiguo. Su apogeo duró 400 años, del 1600 al 1200 a.C., durante los cuales la ciudad fue tan importante que dio su nombre a toda una época, el período micénico, y a una cultura. El nombre de Micenas está indisolublemente ligado al de su rey más famoso: Agamenón, líder supremo de todos los griegos en la guerra de Troya, cuyas hazañas fueron inmortales por Homero en la Ilíada.

En las ruinas lo más emblemático es la Puerta de los Leones por la que se entra a la ciudad, a la derecha de la entrada se encuentra un cementerio de forma circular de 26,5 metros de diámetro delimitado con grandes losas verticales en el que se disponen varias tumbas del siglo XVI a.C y en la parte más alta se encuentran las ruinas del Palacio de Agamenón.

Puerta de los Leones, Micenas

Antigua Micenas

Palacio Agamenón, Antigua Micenas

Antigua Micenas

Tras la visita al yacimiento nos fuimos al Museo en el que se encuentran muchas de las joyas y objetos encontrados en las excavaciones de la ciudad y por último visitamos el Tesoro de Atreo, también conocido como la Tumba de Agamenón. Es un edificio circular donde ciertamente fue enterrado un miembro de una familia real, pero nunca se ha probado que sea precisamente Agamenón. El Tesoro de Atreo se encuentra a unos 500 m del yacimiento principal y allí fuimos ya con el coche para continuar ruta posteriormente. Por cierto, antes nos habíamos comprado un granizado a la salida del museo.

Museo de Micenas

Museo Micenas

Museo Micenas

Tesoro de Atreo, Micenas

Nos ponemos en carretera para llegar a la ciudad donde teníamos reservado el apartamento, NAUPLIA. Llegamos fácil pero, tras dar varias vueltas, nos cuesta encontrar la casa-apartamento porque está en la zona alta y en una calle estrecha imposible de meter el coche (la mayor parte de la ciudad vieja es peatonal). Apartamento Rodi (ΕΥΘΥΜΙΟΠΟΥΛΟΥ 23, Nauplia, 21100).

Tras avisar a la dueña por fin entramos y dejamos las maletas. Ya era de noche así que fue descansar unos minutos, ir al baño y comenzamos a callejear por la ciudad vieja que nos sorprende por su encanto y belleza. Nos tomamos en una terraza unas cervezas mientras charlamos, por cierto que probamos las griegas Alfa y Mamoz y terminamos, a través de la calle principal, en el puerto.

Nauplia

Allí nos sentamos a cenar en un restaurante que nos había recomendado la dueña del apartamento, el Restaurante Bounus (Boumpoulinas 77, Nafplio 211 00). Comemos calamares, pulpo, pescado en vinagreta y nos regalan el postre (panacota) y nos cuesta 51,50€.